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?La sobrecarga de IA est¨¢ ahogando a su organizaci¨®n en informaci¨®n?

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24 jul. 202510 minutos

Los responsables de la toma de decisiones tienen acceso a m¨¢s informaci¨®n que nunca. No obstante, los l¨ªderes digitales han de controlar el ritmo y lugares adecuados para explotar fuentes de datos dispares si quieren obtener resultados positivos para su empresa.

DataStax
Cr¨¦ditos: iStock

Nadie duda de que la IA es toda una bendición para el análisis de datos. A los profesionales les permite automatizar tareas rutinarias tales como el procesamiento de datos y la detección de anomalías, a la para que las grandes operaciones matemáticas son cuestión de segundos. Como resultado, tienen acceso a la información más rápido que nunca, y el ciclo tradicional de toma de decisiones se ha reducido de semanas a segundos gracias a los conocimientos impulsados por la IA. Eso ha llevado a Gartner a predecir que el 50% de las decisiones empresariales serán automatizadas por agentes de IA o incrementarán si número para 2027.

Una maravilla de acceso sí, pero que también crea expectativas sobre el ritmo de la toma de decisiones y aumenta el riesgo de pasar por alto aspectos clave en el camino. Algo así le ha pasado por la cabeza a Satpal Chana, subdirector de análisis de datos de Visit Britain, una organización que utiliza la tecnología de Databricks y la IA para analizar la opinión, las tendencias de viaje y el turismo en el Reino Unido.

 “Toda esta tecnología pone la información en manos de los responsables de la toma de decisiones mucho antes de lo que nunca habían tenido, lo que da lugar a un debate interesante porque ahora sienten que tienen que pensar las cosas.”. El resultado es que “hay mucha información, pero ¿es demasiada?”.

Jakob Rissmann, responsable principal de productos de servicios de datos en la empresa de transporte FlixBus, también reconoce la magnitud del problema. Como ejemplo pone una conversación reciente con uno de los científicos de datos de su empresa en la que hablaron de los retos que plantea confiar en los resultados, antes de plantear una pregunta retórica sobre la explotación de la IA.

“Me preguntó si deberíamos hacerlo menos, lo pensé y le respondí: “Nunca había pensado en eso”, afirma. “Normalmente, la tendencia es la contraria y todo gira en torno a cómo podemos utilizar más la IA”, añade.

Independientemente de la cantidad de uso, las pruebas hasta ahora apuntan sin duda a una inversión cada vez mayor en IA. Gartner también predijo recientemente que el gasto mundial en IA general aumentará más del 76% este año hasta alcanzar los 644.000 millones de dólares, lo que indica que se avecina un momento en el que la IA será aún más integral para las operaciones empresariales y los productos de consumo de lo que ya lo es.

Sin embargo, seguir invirtiendo en tecnología no es una decisión que garantice el éxito. Mientras que el Índice de Madurez de los Datos anual de Carruthers y Jackson reveló que el 68% de los líderes digitales cree que la tecnología de sus organizaciones apoya de forma abrumadora o mayoritaria el uso de datos, por el contrario casi un tercio de los CDO afirmó que lo dificulta.

 La directora general de la consultora, Caroline Carruthers, afirma que invertir en IA es sólo el punto de partida. “La mayoría de los líderes empresariales con los que hablo ven la conexión entre la IA y los datos. Están entusiasmados con estos avances, pero también reconocen que su negocio necesita alimentar estas tecnologías con los elementos adecuados. Existe un reconocimiento cada vez mayor de que otras cuestiones, como la gobernanza de los datos y su gestión, son importantes”.

Establecer expectativas para el aprovechamiento de la IA

La formación es esencial, y hay que hacerla bien. Mientras las empresas siguen invirtiendo en IA, herramientas como ChatGPT y Gemini son probadas gratuitamente por los empleados en sus casas.

Amit Patel, director de digitalización de banca mayorista de Truist, que participó en una mesa redonda en la reciente Snowflake Summit celebrada en San Francisco, afirma que es probable que los líderes digitales se encuentren con usuarios testigos del rápido ritmo de cambio fuera del trabajo, y que ahora se sienten frustrados por la lentitud de la transformación empresarial.

En dicho evento reconoció que “la facilidad con la que se pueden utilizar estos grandes modelos de lenguaje en la vida personal ha influido en la percepción de la rapidez con la que la gente cree que se deberían poder implementar en un entorno empresarial. Creo que hay un proceso educativo que dice que no se puede encender la IA sin más, apuntarla a una base de datos o una aplicación y generar respuestas al día siguiente”.

Patel dice encontrarse habitualmente con empleados que esperan que las herramientas de IA sean accesibles y estén disponibles. Sin embargo, los departamentos de TI existen por una razón: garantizar que las nuevas tecnologías se adopten de forma segura. Por eso cree que los directores de informática deben colaborar con los socios comerciales para establecer expectativas y garantizar que los empleados comprendan que cualquier uso de las herramientas de IA cumple con las políticas de la empresa y las normas y regulaciones del sector.

Rissmann, de FlixBus, también reconoce los retos que plantea la implementación de nuevas tecnologías en un entorno empresarial y la importancia de la formación. Sugiere que la introducción de la IA en una empresa debe implicar un proceso bien ensayado con cada innovación. «Al principio desborda, pero luego, como sociedad, aprendemos a utilizarla correctamente y también sabemos dónde puede ser peligrosa. Ese proceso se lleva a cabo a través de la formación, utilizando estas tecnologías y comprendiéndolas”.

De ahí que recomiende que las personas deben tomar sus propias decisiones informadas sobre dónde quieren utilizar la IA y dónde no.

El mensaje que se desprende de los debates con los líderes digitales es que el aprovechamiento de la información generada a través de la IA implica matices. Es una evidencia: los empleados están ansiosos por utilizar herramientas que puedan generar respuestas rápidas a preguntas difíciles. Sin embargo, el papel de los ½¿É«µ¼º½en este equilibrio consiste en ayudar a garantizar que la información generada por la IA se aplique en los lugares más adecuados para crear el máximo valor empresarial.

Precisamente es el enfoque que está adoptando Antony Hausdoerfer, director de informática del grupo británico especializado en asistencia en carretera The AA. Hausdoerfer está impulsando un programa de transformación digital en el que colabora con socios clave como Ericsson y Vixa, el asistente para el mantenimiento de vehículos de la empresa, con el fin de ofrecer servicios basados en datos. Su experiencia le lleva a sugerir que los directores de informática deben adoptar un enfoque específico.

Lo que le da pie a reconocer: “No creo que haya que temer a la IA, porque es probable que la tecnología nos proporcione más información que nunca”. No obstante, en su opinión “el éxito está relacionado con la forma en que se toma esa información y se convierte en una decisión significativa, de modo que se sea coherente. Ese proceso tiene que ver con cómo los datos contribuyen a ese tipo de toma de decisiones, en lugar de limitarse a pasar constantemente de una cosa a otra”.

Adoptar una actitud estratégica hacia la información

Se trata de un enfoque específico que será la clave del éxito para los ½¿É«µ¼º½que quieran ayudar a sus empresas a convertir la información en decisiones innovadoras. Como tantos otros, el ½¿É«µ¼º½global de HPE, Rom Kosla, comprende la magnitud de ese reto. Se refiere a la IA como un igualador, ya que los empleados de todas las empresas puede acceder con facilidad a herramientas enormemente potentes.

A su juicio, “el conocimiento estará en todas partes y se convertirá en un producto muy básico, pero es necesario mantener los derechos de decisión. Creo que, aunque ahora dispongamos de sistemas de IA con capacidad de agencia, sigue siendo necesario que existan derechos de decisión sobre lo que pueden y no pueden hacer. No veo todavía claro cómo se definen esas barreras de protección”.

Ya hay organizaciones lidiando con ello. De todas formas, Mikko Jarva, director de Cartera y Arquitectura de Nokia, está dando pasos de gigante al ayudar a desarrollar API de red que aportan capacidades de red móvil a áreas pioneras del transporte, como los coches autónomos, los robotaxis y los vuelos con drones.

Jarva y su equipo han combinado Snowflake AI Data Cloud con la plataforma Network as Code de Nokia para crear un algoritmo de ruta óptima que predice los KPI de red relevantes, lo que garantiza que los vehículos autónomos dispongan de una conectividad de alta calidad. De ahí que esté deseando establecer las barreras de seguridad para investigar cómo la IA puede ayudar a mejorar aún más los procesos operativos.

Incluso afirma que “estamos explorando el uso de herramientas generativas conectadas a nuestros datos. Podríamos utilizar esa tecnología para ayudar a plantear preguntas a nivel empresarial y, a continuación, obtener la información adecuada para ver qué cambios hay que optimizar. Por lo tanto, consideramos que las herramientas de IA son una interfaz que simplifica el acceso a los datos y los hace más comprensibles y fáciles de entender”.

Hacer que los datos trabajen para usted

Vivek Bharadwaj, ½¿É«µ¼º½del fabricante de ropa Happy Socks, sugiere que una de las cosas clave que los ½¿É«µ¼º½deben priorizar al explorar sus opciones es un proceso para encontrar una aguja en el pajar de información que bombardea a las empresas modernas. Su mantra es no hacer datos por hacer datos; y aconseja a otros líderes empresariales que sean claros sobre sus objetivos.

“Hay que pensar en cómo los datos conducen a los conocimientos que se están creando y qué tipo de conocimientos conducen a una acción concreta que se quiere llevar a cabo—desarrolla su explicación—. Entonces, el éxito consiste en pasar de los datos a los conocimientos y de éstos a la acción, donde ésta impulsa el tipo de datos que se recopilan y analizan, y cómo se dirige la estrategia”.

Richard Masters, vicepresidente de datos e inteligencia artificial de Virgin Atlantic, es otro líder digital centrado en la creación de una estrategia de datos. Virgin utiliza Unity Catalog de Databricks para reunir fuentes dispares y crear una ubicación centralizada para la información que alimenta la toma de decisiones basada en la IA de la empresa.

Reconoce la importancia de establecer las expectativas de los empleados con estas palabras: “El mayor reto al que nos enfrentamos es que, en algunas áreas, se puede obtener la información rápidamente, pero aún es necesario modelar esos datos y añadirles semántica para establecer el contenido. Algunos datos pueden requerir un poco más de trabajo antes de estar listos”.

Al igual que otros líderes digitales, Masters recomienda formar a los empleados sobre el equilibrio adecuado entre el aprovechamiento de la IA y el respeto de los marcos de gobernanza. En Virgin, aquéllos ya mejoran los procesos operativos y perfeccionan los servicios al cliente con la información obtenida de los datos. Ahora, la prioridad es ayudarlos a sacar aún más partido a la información.

“Los analistas de datos tienen ahora acceso a una gran cantidad de información gracias a los procesos y la gobernanza adecuados. Pueden empezar a sentir curiosidad mientras sus responsables estudian los siguientes pasos a seguir. La toma de decisiones eficaz basada en la IA crea un ciclo de curiosidad muy positivo en todos los equipos”, dice Masters para concluir.

Mark is a business writer and editor, with extensive experience of the way technology is used and adopted by blue-chip organizations. His experience has been gained through senior editorships, investigative journalism, and postgraduate research. Having formerly been an editor at Computing, Computing Business, and ½¿É«µ¼º½Connect, Mark became a full-time freelance writer in 2014. He has developed a strong portfolio of editorial clients, including The Guardian, Economist Intelligence Unit, ZDNET, Computer Weekly, ITPro, Diginomica, VentureBeat, and engineering.com. Mark has a PhD from the University of Sheffield, and a master¡¯s and an undergraduate degree in geography from the University of Birmingham.

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